11 Feb La educación infantil, una etapa decisiva
Desde las guarderías en Hortaleza sabemos muy bien lo importante que es la educación infantil para el desarrollo de los más pequeños. Es precisamente durante esta etapa cuando se forma la personalidad de los niños, de modo que la labor del profesor, y por supuesto de los padres, es vital.
Se trata de seguir el curso evolutivo de los más pequeños de forma individual. No hay un niño igual que otro, de modo que la evaluación debe hacerse de manera totalmente individualizada y personalizada. El componente afectivo tiene una gran importancia, por lo que es esencial apoyar su seguridad y autonomía, fomentando la curiosidad, exploración, comparación y experimentación.
¿Por qué es tan importante la educación infantil?
No hay ninguna duda de que la labor que realizan los profesores es una de las más importantes a nivel social. Y es que la educación es uno de los pilares fundamentales de una sociedad avanzada.
En la educación infantil entran en juego la teoría y la práctica. Educar a los más pequeños consiste no sólo en el conocimiento teórico, sino también el ejemplo práctico. Desde los 0 hasta los 7 años los niños son muy receptivos, de modo que los profesores deben ofrecer una educación personalizada. Prestando atención a las capacidades y cualidades de los alumnos, enseñan a cada uno de ellos de acuerdo a sus necesidades.
Es también en esta etapa cuando se forma la personalidad de los más pequeños: su autoestima, su inteligencia emocional, su carácter y sus valores dependen en gran medida de la educación infantil. Por supuesto, la educación comienza en casa ya que es responsabilidad de los padres formar a sus hijos.
Por lo tanto, el éxito de una buena educación infantil consiste en lograr que padres y profesores se complementen. Ambos deben estar en permanente contacto para evaluar el desarrollo de los niños, así como sus actitudes y comportamiento. Tanto la familia como las guarderías en Hortaleza, como Little Clovers, tienen que caminar de la mano con un objetivo común: lograr el desarrollo integral de los más pequeños, tanto física como mental y emocionalmente.
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